jueves, 11 de diciembre de 2014

Del dolor

Existen muchos dolores... A parte del físico, me refiero... Muchos tipos de dolores sentimentales...
Hoy he visto en internet una foto de mi perro. Es de hace poco y el corazón me ha dado un vuelco.
En el primer instante me entraron ganas de llorar... Luego me alegré porque lo he visto bien y al menos tengo esa tranquilidad. Él sigue con su vida y sé que está cuidado.
Yo nunca hubiera dudado de que ella lo cuidaría bien, pero últimamente hizo tantas cosas que nunca pude imaginar de ella, que ya nunca podré confiar en lo que pensaba de ella antes...
El dolor de la ausencia de mi perro es un dolor latente. Como si me hubieran arrancado un trozo de mí que nunca podré recuperar.
Yo no tengo hijos, siendo lesbiana y una currante que siempre llega a final de mes con deudas, no puedo permitirme reproducción asistida. Y cuando decidí irme con ella, la estabilidad económica que tenía con mi ex-mujer desapareció de mi vida. Así que la posibilidad de ser madre, también desapareció.
Mi perro era algo parecido a un hijo para mí. Pero cuando me separé no pude llevármelo. En este país es muy difícil encontrar un alquiler en el que admitan mascota, menos aún barato...
Así que tuve que dejarlo con ella. En un principio no quería, pero al final se lo quedó. Y no lo he vuelto a ver.