lunes, 27 de febrero de 2017

Otra vez aquí

Justo ayer estuvimos hablando de que hace mucho que no escribo, porque no lo necesito...
Y justo hoy es uno de esos días en los que me hace falta.
Éso de andar con un nudo en la garganta es algo que me agota... Y son tantas cosas difíciles de explicar...
La he querido más que a nadie en este mundo, mucho más de lo que pensé que podría llegar a querer alguna vez a alguien... Y ya sé que las cosas no pueden ser perfectas, ya lo sé... Pero, ¿Tiene que ser tan complicado?
No me da miedo dejar de quererla, no creo que pueda dejar de quererla, pero mi forma de quererla está cambiando. Y éso quizás sí que me da miedo. Las cosas no son blancas o negras y ella no es como yo... Pero yo ya no tengo un blog a medias con ella y ya no encuentro la forma de explicarle ciertas cosas... Cosas que no sé explicarme ni a mí misma porque es cuestión de sentimientos.
Yo no sé si la vida me dará un hijo, cada día estoy más convencida de que no. Pero me gustaría saber qué se siente, qué es éso que hace que nada te importe más que ese hijo. Que llegue una a los límites que llega por el hecho de haber parido a alguien. Me gustaría saberlo porque así quizás podría entenderla... Pero no creo que la vida me dé esa oportunidad. Sé que estoy tirando miles de euros sólo por no quedarme con la cosa de haberlo intentado... Y aunque quiera ser madre como siempre quise, en el fondo sé que me lo merezco. Porque ya elegí una vez y no elegí ser madre, si no estar con ella. Y con ella estoy.
Ya sé que me quiere... Lo sé, mejor de lo que piensa. Pero también sé que tengo que luchar constantemente contra su naturaleza y algún día me cansaré de luchar.
Creo que al igual que yo no puedo entender lo que siente una madre, ella tampoco podrá entender lo que yo siento jamás. La dimensión del dolor y la impotencia que me causan su amor de madre.
Ayer recordaba claramente su disgusto del otro día... Sus palabras, su actitud, su dolor, su ceguera, su intento de convencerse a sí misma de que las cosas van a cambiar... No cambia nada. NADA. No cambia nada si no cambia ella.
Pero yo sí. Yo sí y ella no se entera...
Cambia mi forma de quererla, cambia mi preocupación, mis ganas de protegerla y de cuidarla. Porque ahora pienso, " que se cuide ella", " tiene bien merecido lo que le pasa"...etc, etc...
Y cuando vuelva el próximo golpe, no encontrará indignación ni comprensión... Porque me dará igual lo que le haga... Y éso es lo que ella no entiende. No creo que la deje que es su miedo, porque la quiero, la quiero inmensamente, sobre todo cuando no aparece esa parte de su vida que lo tiñe todo de negro... Pero a pesar de lo que siento por ella, a pesar de seguir con ella, la magia se acaba... Y no es culpa del tiempo. Es ella y sus circunstancias.
Y un día me dirá que he cambiado y no entenderá que lo que me cambiaron fueron tantas y tantas lágrimas que derramé recordando cada una de sus palabras de amor dedicadas a alguien que la pisoteó mientras yo me encargaba de cuidarla.

Hoy será un día muy largo... Pero es otro trocito de corazón que se endurece.

Gracias.

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