jueves, 10 de febrero de 2011

De la amargura

La amargura es algo que miento tanto a lo largo de mi vida que la gente que me rodea ha dejado de darle importancia... 
Estoy de acuerdo en que antes lo decía mucho y sin motivos... Pero de un tiempo a esta parte, cuando digo que estoy amargada quiero decir exactamente eso.
Entiendo que hay gente con otro espíritu que son capaces de verle el lado positivo a todo o no dejar que les afecten ciertas cosas... Yo soy como una pompa, transparente y frágil, y cuando algo me amarga, me amarga. Hasta el punto de sentir que quiero llorar y desaparecer, gritar y echar a volar porque no soporto la vida o el mundo que me rodea...
Actualmente, lo que me amarga es el trabajo sobre todo. Odio esta empresa. Odio mis jefas. Odio no sentirme realizada y vivir con miedo, que como bien dijo un día alguien, es "vivir a medias"... 
Odio que mis días y mis años pasen en este sitio que me está mustiando el alma.
Y tengo una hipoteca y un coche que pagar... No es que no quiera trabajar, me gusta el trabajo de oficina, pero mi empresa y mis jefas son malo para la salud mental de alguien como yo. Me están consumiendo la ilusión... ¿Y qué es una persona sin ilusión? 



2 comentarios:

  1. El trabajo es una de las cosas más importantes que tenemos. Es cierto. Pero no debemos dejar que nos afecte a un nivel tan alto.

    Quiero decir que, es normal que en tu empresa estés amargada, pero debes de hacer cosas, debes de moverte. Se que ahora no son buenos tiempos para buscar trabajo, por la crisis y todas esas cosas, pero, busca. Que no quede un día sin buscar... Porque solo así podrás salir de ese agujero negro que tanto mal te causa.

    Hay que perseguir sueños. Nuestros sueños. Creo que es lo único que nos queda, además de vivir.

    Entiendo que te amargues de esa forma. Yo también soy de extremos. Y entiendo de qué hablas. Pero a veces, hay que aprender a utilizar esa amargura como trampolín para tomar impulso y salir hacía delante, alcanzar otras metas, otras cosas.

    Esto puede resultar un poco fácil de palabra. Te aseguro que una vez lo dejé todo y salí. Y hoy se puede decir que lo tengo TODO, y que quejarme sería por vicio, porque nunca estamos, por mucho que nos duela , conformes con nada.

    Sigue adelante. Si tu trabajo te amarga, busca otro. Busca. No se trata de que abandones sin más el que tienes (porque hay que trabajar para ganar dinero en algo). Se trata de que mientras lo buscas, lo mantengas.

    Cada persona somos un mundo. Lo sé. Tal vez he osado a escribirte esto y haya hecho mal, o no.

    Espero, al menos, haberte dado ánimos y algo de fuerza.

    No estás sola. Loca, a lo mejor. Pero sola no estás.

    Un abrazo.

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  2. ¡¡Vive como quieras vivir!!

    Las cosas se arreglan, se encuentran soluciones.
    Llora y grita para después hacer de tu mundo, un mundo mejor. Recupera la ilusión, busca otro trabajo; ¿cuándo demonios dejaste de ser joven para dirigir tu vida?

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